Después de tanta dieta, calorías… Va siendo horas de que nos pongamos a hacer un poco de ejercicio físico y desperezarnos. Tranquilos la siesta también nos irá bien pero después del ejercicio, se hablará de ella en el momento oportuno.
El ejercicio nos da numerosos beneficios, ayuda a mantener el sistema esquelético (o sea los músculos y huesos) con lo que nos ayuda a prevenir la descalcificación, las fracturas, y favorece a mantener el equilibrio, la agilidad en los movimientos…
En relación al sistema nervioso y psíquico nos ayuda a mantenernos psíquicamente más equilibrados, pues está demostrado que hay menos depresiones e incluso reduce el riesgo de alzheimer; retrasa el envejecimiento.
La realización de la actividad física hace sentirse bien con uno mismo y su entorno; da seguridad, nos evade y ayuda a despreocuparnos; es euforizante pues provoca secreción de endorfinas, con lo que nos ayuda a disminuir y superar la ansiedad, el estrés y la depresión.
En relación al sistema cardiovascular, como el corazón también es un músculo el ejercicio físico lo ayuda a fortalecerse, con mejor economía y más fuerza, o sea disminuye la frecuencia cardiaca y la tensión arterial. Optimiza la utilización de oxígeno, mejorando la actividad física para ejercicios
En relación al sistema endocrino ayuda a controlar el azúcar (favorece la actividad de la insulina), por lo que disminuye el riesgo de diabetes; ayuda a normalizar, y disminuir el sobrepeso y la obesidad.
Además aumenta el colesterol bueno (HDL); disminuye los triglicéridos.
En relación a los cánceres el ejercicio físico reduce el riesgo de desarrollar cánceres de mama, próstata y de colon.
Nos ayuda a abandonar hábitos poco saludables como el sedentarismo, tabaquismo y el alcoholismo. Estimula a quienes practican el ejercicio físico a responsabilizarse de su propia salud.
Con lo que mejora la sensación de bienestar y la calidad de vida.
14 octubre 2008
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