El ejercicio o la actividad física en el niño o en el adolescente deben estar en consonancia con sus habilidades, cualidades y características físicas, o sea que el deporte debe adaptarse al sujeto y no al revés.
Se trata de hacer algo que guste, disfrute y sobre todo que atraiga al niño y al adolescente, primando el carácter lúdico y no el de fatiga y sufrimiento, no debe ser una imposición sino una atracción, algo que cale hondo y que deje recuerdos agradables y bonitos, entonces tendremos ganado muchísimo y se creará una sana adicción al deporte.
Una época favorable puede ser en primavera o verano, en el caso de la práctica al aire libre, como iniciación: senderismo, marcha, bicicleta, montañismo...Al estar en contacto con la naturaleza se verá la vida con otra perspectiva, se aprenderán a utilizar la imaginación, improvisar, situaciones nuevas, nuevos valores, diferenciar la vida urbana de la del campo...O sea conocer la naturaleza, comprenderla, disfrutarla, amarla y sobre todo respetarla.
Se trata de formar el cuerpo y la mente (mens sana incorpore sano), o sea un desarrollo integral y armónico con nuestro entorno. Formar ante todo a la persona, pues de poco vale ser un buen atleta si no se es persona, para ello fomentar el espíritu de equipo, se disfruta más de la actividad, se lleva mejor el ejercicio, se aprende a convivir, a cooperar y a respetar a los demás, a responsabilizarse y a socializarse.
Darle un aire competitivo en el buen sentido, es decir poner afán de superación pero dentro de una competición sana y limpia pues debe preparar y educar para el futuro.
Huir de conseguir mejoras por el método que sea, no ganar a cualquier precio pues nuestro objetivo es formarnos para llegar y si pisamos la meta mejor. Esos son los valores que debemos inculcarles.
Todo esto los apartará de hábitos nocivos (el tabaquismo, consumo de drogas y prácticas de riesgo,...) pues estamos formando el cuerpo, la mente y no alineando ya que estimulamos la higiene y salud mental, o sea que tengan argumentos y que piensen por si mismos con responsabilidad. Además sabemos que la gente que realiza deporte tiene menos riesgo de consumo de tabaco, como de drogas, razón de fuerza mayor para que consigamos que los niños y adolescentes se acerquen y practiquen ejercicio físico.
El deporte ayuda a desarrollarse física y mentalmente, a estar sanos, y a relacionarse de una forma saludable con los demás.
La actividad física continuada con una dieta equilibrada en la infancia y adolescencia, va a ayudar a la prevención de la obesidad, diabetes del adulto, las enfermedades degenerativas...que se manifestarán en la edad adulta con consecuencias nefastas.
Revisado el 15 de abril de 2013
26 noviembre 2008
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