25 enero 2009

El frío también se combate con… (2)


Las precauciones que hay que tomar deben extremarse, sobre todo, en los ancianos, niños y enfermos crónicos. Para evitar riesgos derivados de la climatología hay que recomendarles, además de las medidas oportunas cuando salgan a la calle, una serie de pautas nutricionales, como ingerir alimentos que proporcionen calor y energía al cuerpo, entre ellos, las legumbres, sopas calientes y alimentos ricos en hidratos de carbono.

Conviene recordar que nos protegemos mejor del frío con una buena alimentación, rica en vitaminas y minerales y aprovechemos los alimentos propios de la estación.

La llegada del invierno invita a comer caliente o sea tomar platos más calentitos y reconfortantes que nos ayuden a soportar mejor las bajas temperaturas.

Se incrementan nuestras necesidades energéticas y se debe hacer frente a las molestas enfermedades que el frío puede ocasionar: catarros, gripes...

Alimentos ricos en vitaminas A y C o minerales como el zinc o el selenio son necesarios para mantener en perfecto estado nuestras defensas.

La vitamina A combate las agresiones del invierno; sustancia que defiende a la piel del frío, evita sequedad del cutis, grietas en los labios e incluso previene la formación de sabañones.

La vitamina C (ácido ascórbico) se requiere para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. Es necesaria para formar el colágeno, una proteína importante utilizada para formar la piel, el tejido cicatricial, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos.

La vitamina C es uno de los muchos antioxidantes, al igual que la vitamina E y el betacaroteno. Los antioxidantes son nutrientes que bloquean parte del daño causado por los radicales libres, los cuales son subproductos que resultan cuando el cuerpo transforma alimentos en energía.

La acumulación de los radicales libres con el tiempo es responsable del proceso de envejecimiento y puede contribuir al desarrollo de cáncer, cardiopatía y trastornos inflamatorios como la artritis. Los antioxidantes también ayudan a reducir el daño corporal causado por los productos químicos y contaminantes tóxicos como el humo del cigarrillo.

En estos meses las mejores fuentes de vitamina C son frutas (kiwi, limón, naranja, clementina, mandarina) y verduras (pimiento rojo, brócoli, coliflor, col de Bruselas, espinacas). En el caso de la vitamina A son hígado, huevo o lácteos, aunque también la podemos encontrar como su precursor, el beta-caroteno en verduras: zanahoria, zapallo... y ciertas frutas como el albaricoque, el mango, el caki o el palosanto, el melón.

Zinc: lo podemos encontrar en hígado, semillas de calabaza, quesos curados, legumbres, frutos secos, cereales integrales, carnes y pescados.

Selenio: lo podemos encontrar en carnes, pescados, cereales, frutas y verduras.

Las verduras: La verdura reina en invierno es la col, que aporta gran cantidad de potasio. Los repollos, coles de Bruselas y brócoli no deberían faltar nunca en la mesa en esta época.

Las hortalizas aliáceas (cebolla, ajo o puerro) y algunas plantas medicinales como el tomillo, la valeriana.

Jengibre: muchas culturas han considerado al jengibre como la "panacea" para los resfriados.

Yogurt: gracias a los probióticos que contiene ayuda a reforzar el sistema inmunológico (contienen bífidus).

Alimentos energéticos:

Legumbres y potajes (4 veces/ semana): Dos como primer plato y otras dos como ingrediente de primeros platos o bien como guarniciones de los segundos.

Arroz, pastas y patatas (4 a 7 veces/ semana): Por otro lado, al igual que con las legumbres, se aconseja combinarlas preferiblemente con verduras y alimentos de origen animal.

Los frutos secos también ayudan con su aporte de ácidos grasos, omega 3, a hacer frente a las bajas temperaturas del invierno. Tienen un valor nutricional con alto contenido de lipídico (ácidos grasos monoinsaturados y ácidos grasos poliinsaturados), proteína, calcio, hierro, a. fólico y vitamina E, fitoquímicos (fenoles, flavonoides, fitoestrógenos, fitosteroles).


La ingesta de líquidos. Hay que mantener el cuerpo hidratado y beber agua aunque no se tenga sed.

Bebidas Calientes:
Se recomienda elegir los que beneficien tu salud y a la vez te disminuyan el frío del ambiente: infusiones, chocolate, té, café...

Chocolate: es una bebida deliciosa, nutritiva y al alcance de todos. Contiene sustancias con propiedades estimulantes (cafeína y teobromina) y antioxidantes (polifenoles, catequinas). Por su contenido calórico es buena fuente de energía y antidepresivo (la feniletilamina produce un efecto placentero a nivel cerebral y la anandamida causa relajación y sensación de bienestar).

Té verde: usado en la medicina china para reforzar la inmunidad y como tónico general, en Asia se emplea para aliviar la fiebre. Tiene alto contenido en flavonoides, catecoles y taninos.

Hay que desaconsejar el consumo de alcohol, pues produce pérdida de calor en el organismo al provocar vasodilatación de los vasos sanguíneos de la piel.

Si no puedes con el frío ¡huye de él!... o procura no salir de casa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, soy Hilari(Barcelona), me parece excelente tu labor, soy profesional de salud mental (enfermero), mi función es apoyar a la reintegración comunitaria de pacientes mal llamados "crónicos", sobre la idea que la sociedad estigmatiza, discrimina y rechaza al paciente mental, considero que el estigma social/auto-estigma es la mayor dificultad para conseguir un tratamiento normalizado, rehabilitación en su medio natural, recuperación y calidad de vida como cualquier ciudadano.

Por ello debemos luchar por cambiar actitudes, evitar etiquetas, eliminar prejuicios, mejorar y modificar leyes, apostar por una discriminación positiva hacia el paciente mental. Así que he creado un blog semi-profesional, acepto sugerencias, que sepáis que he añadido vuestra dirección web, la mía es: http://tiralosmuros.blogspot.com
Saludos
Hilari

Nat dijo...

Gracias Hilari. Ya le hemos estado echando un vistazo a tu blog. =)