Esta foto se realizó el 8 de agosto de 2010 por Dieta y Deporte (D&D): Mirabeles
Hace bastante tiempo la estación del año y el lugar geográfico condicionaba nuestra alimentación, ahora la globalidad nos permite cambiar esta realidad. Todo ello trae beneficios e inconvenientes, veamos antes sólo teníamos acceso a los alimentos propios de la estación en que nos encontrábamos (los llamados alimentos de temporada) y ahora podemos tener alimentos que no corresponden con nuestra estación, así podemos consumir cualquier tipo de fruta a lo largo de todo el año al venir de otras latitudes.
Las frutas y las verduras son los alimentos que más cambios tienen con cada estación del año, las carnes son menos cíclicas (ciclo de reproducción) y los pescados si son más variables con la estacionalidad (ciclo de reproducción).
Los alimentos de temporada han de ser locales, frescos y naturales o mínimamente procesados (contienen más intactas las vitaminas, las sales minerales y los antioxidantes).
Al ser locales precisan poco embalaje, menos conservantes, aditivos...Y además por la proximidad tardan menos tiempo en llegar a la mesa, por lo tanto están más frescos. Al necesitar menos transporte habrá menos emisiones de C02 al medioambiente y menor coste de combustibles, son más respetuosos con el medioambiente.
La disponibilidad de los productos de temporada en el mercado bien sea en la tienda de toda la vida o el super será mayor. Por lo que el coste será más asequible al bolsillo de todos, al haber una mayor oferta.
Destacar una de las ventajas de comer los alimentos de temporada, es que cuando llega su momento de recogida están en el punto óptimo para su consumo, con un aroma, una textura, un sabor...inigualables.
Con el consumo de los alimentos de temporada se contribuye al respeto de la naturaleza al mantener los ciclos naturales de los cultivos y los ciclos de reproduccuión de los animales.
Continuará...
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